Como empezó todo

Soy Luisa, tengo 30 años y esto es una parte de mi historia.

Toni es mi marido, llevábamos casados, por entonces, 1 año y juntos 3 más. Teníamos trabajo los dos, nos acababamos de comprar un piso con 3 habitaciones y una terraza acristalada y nuestra relación era genial, así que sabíamos que ese era el momento de ampliar la familia.

Pero... no me quedaba embarazada!!
Al principio no nos agobiamos, lo interpretamos como que mi organismo iba a necesitar unos meses más para desintoxicarse de los largos años de píldoras anticonceptivas.

Pero... pasó un año y medio más y nada, (aquí ya empecé a ponerme mal), estaba deprimida, todo lo que sonaba a niños me hacia llorar, cuando iba por la calle solo veía dos tipos de personas: mujeres embarazadas y madres con carritos de bebé.

Me decidí a ir a un ginecologo de pago (recomendado por una amiga )que tras realizarme unas ecografias y observar los resultados de mi analisis de sangre me recetó unas pastillas para ayudarme a ovular y una caja de tests de ovulación, con esto la vida sexual con mi marido dejó de ser divertida, era como trabajar en una fábrica en la que se trabaja pero no se produce nada,con cosas que hacer por obligación y con horarios que cumplir.
Las pastillas me produjeron unas reglas dolorosísimas y muy largas que derivaron en un principio de anemia.
Por entonces la empresa dónde trabajaba quería trasladarme de ciudad y como no tenía vehiculo y el trasporte público era complicado y escaso negocié un despido pactado.Con semejante panorama me econtraba cada vez más deprimida, no quería salir de casa, no queria recibir visitas ni llamadas, no quería que mi marido me tocara, solo lloraba y me pasaba los dias tirada en el sofá viendo la televisión.
Toni no podía ser más comprensivo, en vez de mandarme "a la mierda" se armaba cada día de toneladas de paciencia y me consolaba, tratába de convencerme para salir, aunque fuese a pasear por el campo y despejarme, a cambio recibia rechazos y desprecios (ahora cuando recuerdo todo aquello me doy cuenta del gran tipo de hombre que sigue a mi lado)

Recuerdo que me levanté un día cansada y triste pero no por lo desgraciada que me hacia sentir todo lo que me había sucedido sino triste porque tenía 27 años y sabía que necesitaba salir de esa depresión para seguir con mi vida. Hablé con mi marido, le pedí su apoyo, esta vez si lo acepté.

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